Cortázar Urdaneta & Cía – Abogados
Bienvenido a Nuestro Bufete de Abogados Colombia – Cortázar Urdaneta & Cía
Producto de una tradición familiar de más de un siglo de ejercicio profesional, Nuestra Firma de Abogados en Bogotá finalmente se estableció con el fin de ofrecer servicios de asesoría legal con claros principios de generación de confianza con sus clientes y honorarios razonables.
En 1906 don Nicanor Cortázar Toledo se graduó como abogado de la Universidad Nacional de Colombia, carrera que ejerció en combinación con sus ocupaciones de reconocidos hacendados por más de cincuenta años, granjeándose el respeto y admiración de la sociedad bogotana y la de la Provincia del Tequendama de la época.
En 1951 Don Antonio Cortázar Urdaneta , Alcalde hijo de don Nicanor, recibio Como Abogado y Economista de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y por Más de Cincuenta años ejerció su profesión, combinando también sus Actividades Comerciales y Empresariales.
En 1979 doña Beatriz Cortázar Mora, hija de don Antonio, recibió como abogada de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá . Después de una fructífera carrera al servicio de varias entidades públicas e importantes empresas privadas y de desempeño por más de veinticinco años como Secretaría General de Alpina SA se vinculó a la oficina con el fin de continuar y aumentar su experiencia en temas corporativos y laborales.
En 1982 don Javier Cortázar Mora , hijo de don Antonio, recibido como abogado de la Universidad de Javeriana de Bogotá, profesión que desde entonces ha ejercido con exclusividad total y en el cual se ha recibido destacando tanto en el campo del ejercicio propiamente dicho como en laboratorios académicos y escritor de obras jurídicas.
En 1993 y luego de que don Javier terminan su periferia por el sector público y en compañía de su padre establecieron la firma Cortázar Urdaneta & Cía – Abogados.
En 2015 don Alejandro Sicard Sánchez, bisnieto de don Nicanor, terminaron sus estudios de derecho recibiendo como abogado de la Universidad Militar de Colombia , vinculándose a la firma primero como practicante en sus últimos años estudiantiles y luego como abogado junior.
En los próximos años, la firma espera la vinculación de los demás integrantes de la cuarta generación de abogados de la familia, formados en las universidades Javeriana y del Rosario de Bogotá.
Si tiene preguntas, necesita un consejo jurídico o a un abogado de confianza, en nuestro Bufete de Abogados estamos preparados para asesorarlo
La recepción y verticalidad del carácter fue el legado más sobresaliente de los muchos que dejaron a don Antonio.
Próximo a culminar sus estudios secundarios en el Colegio de San Bartolomé La Merced en 1946 , el reto provocador de un sacerdote justamente exasperado por la algarabía de un grupo de adolescentes, no lo amilanó pese al riesgo evidente que siempre reconoció haber asumido con plena conciencia.
Si bien la reacción inmediata fue la expulsión fulminante, cuando los ánimos se decantaron e imperó la calma, la institución reconoció que el padre debió actuar de otra forma, readmitiendo al estudiante Cortázar.
Gracias a su actitud, además del grado se ganó el reconocimiento y aprecio de otro sacerdote también joven y lleno de carácter, que años más adelante sería su guía académico en la facultad de derecho de la Universidad Javeriana y gran amigo de la vida, el padre Gabriel Giraldo.
Bajo la dictadura del general Rojas una vez tuvo que apearse de una tren en movimiento en el que viajaba de la hacienda del padre hacia Bogotá para evitar la reacción incierta de los esbirros de la dictadura por sus opiniones contra el régimen que no calló.
Tampoco se amilanó cuando fuimos director de la División de Arancel del Departamento de Aduanas del Ministerio de Hacienda prefirió renunciar antes de ceder a las presiones indebidas, generando la solidaridad de toda la División, que terminó dimitiendo en masa, hecho actualmente impensable.
No era extraño que despertara estos sentimientos tan particulares de solidaridad: su don de gentes fue otro gran legado.
En su larga carrera en el mundo empresarial, tuvo un papel protagónico en la actualización del vetusto Arancel de Aduanas Nacional a la Nomenclatura Arancelaria de Bruselas, fue el primer gerente de la Promotora Automotora Nacional , Panal, Intento pionero de Ensamblaje nacional de automotores en la década de 1950, primer gerente de Toyota de Colombia SA , gerente de Icomundial Ltda, empresa fundadora del intercambio comercial con los países de la extinta Unión Soviética, miembro del Comité Departamental de Caficultores de Cundinamarca y fundador de nuestra firma.
Siempre supo granjearse el cariño, respeto y admiración de sus colaboradores, ser que muchos de ellos terminaron acompañándolo y brindándole su amistad a lo largo de toda la vida.
Así como fue en su vida laboral y profesional lo fue en todos los segmentos de su existencia. Nunca sucumbió, ni siquiera un segundo, cuando en el otoño de la vida hubo de afrontar amorosamente los rigores del cuidado de doña Lucía Mora, su amada esposa.
Por todo esto es grato ver cómo la memoria de don Antonio se conserva entre la gente de su generación, y unas cuantas posteriores.